Laurel
Perenne:
El laurel tiene cien usos en la cocina y dado que es perenne no hay problemas de almacenamiento. Hay que disponer siempre de hojas secas recientes para sazonar los escabeches, los estofados, los guisados y los purés.
Suelo y clima:
El laurel prospera en cualquier suelo normal. Prefiere algo de sol, pero necesita estar protegido contra los vientos fuertes. Es vulnerable a las heladas por lo que en climas fríos conviene cultivarlo en tinas que se puedan trasladar al interior en invierno. Hay que añadir compost de vez en cuando y algo de harina de carne u otro material que contenga fosfato.
Multiplicación y cuidados:
Los árboles se compran jóvenes y se plantan en invierno o bien se multiplican con facilidad a partir de esquejes semileñosos o de brotes semimaduros.
Recolección:
Las hojas se arrancan durante todo el año. Hay que secarlas antes de utilizarlas. Se colocan en capas en un lugar caliente y a la sombra. Nunca debe hacerse a pleno sol. Si comienzan a rizarse se las aprieta un poco bajo una tabla. Dos semanas después del secado se las mete en recipientes herméticos, a ser posible tarros de vidrio, ya que exudan aceites.
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