lunes, 14 de julio de 2008

Disposición del macizo de hierbas aromáticas

Disposición del macizo de hierbas aromáticas


En el Centro Hortícola de Covelo, en California, es posible ver la plantación de hierbas aromáticas proba­blemente más avanzada y perfeccionada del mundo. Se ha excavado un gran anfiteatro y se han hecho terrazas en las pendientes del interior: las de la cara norte están orientadas al sur y las del sur al norte. En el punto más elevado de las mismas el suelo se mantiene seco y bien drenado mientras que las inferiores están dispuestas en torno a un estanque que proporciona humedad. Se han creado así las condiciones óptimas para cultivar todas las hierbas culinarias y medicinales del mundo —propias de ambientes secos, húmedos, soleados o umbríos— pre­sentadas en un escenario grato y atractivo.


No hay duda de que al planificar un hortelano cualquiera su pequeño huerto de plantas aromáticas habrá de contentarse con algo menos imponente que el de Covelo, si bien se aplicarán principios similares. Las hierbas muestran una gama muy amplia de preferencias climáticas y edafológicas desde el sol tórrido, y los sue­los arenosos y secos que favorecen a las especies de ori­gen mediterráneo como el anís, la albahaca y el oré­gano, hasta la umbría parcial y el suelo rico y húmedo idóneo para plantas como el ligústico y la menta. En el capítulo sobre el cultivo de las hierbas aromáticas se describen las preferencias de las diversas especies. Es evidente que las condiciones del huerto propio no son las ideales para muchas de ellas pero, a la hora de hacer planes, deben seleccionarse de modo que haya al menos una modesta variedad entre las que piden pleno sol y algo de sombra.


Como ya he indicado, lo más conveniente es situar esta era cerca de la puerta de la cocina. Si se tienen a mano ramilletes frescos de una u otra se resiste la tenta­ción de acudir a los tarros con hierbas secas que hay guardados. Huelga decir que las hierbas frescas tienen una fragancia infinitamente superior a las que han per­manecido conservadas durante largo tiempo.


Si bien varían en sus preferencias por el sol o la som­bra, la mayoría de ellas gustan de un lugar protegido por lo que se las dispondrá a ser posible contra las pare­des de la cocina.


Las hierbas aromáticas en bancal elevado:


Una idea excelente para las hierbas aromáticas es cons­truir un bancal elevado con piedras o ladrillos. Presenta diversas ventajas. Primera, el suelo está bien drenado y seco, lo cual es importante para muchas hierbas. Las que prefieren suelo más húmedo y en sombra se plantan en la parte frontal o lateral de la base del bancal. Segunda, estas plataformas ahorran el trabajo de incli­narse para plantar, cuidar y recoger. Tercera, ofrecen una superficie más amplia para las plantas trepadoras. Sin embargo, al construir un bancal elevado contra la pared de la cocina no debe situarse por encima de la capa hidrófuga de la pared, pues si no la humedad pene­trará en el interior de la casa.


Rocalla para las hierbas aromáticas:


Dado que muchas de las hierbas aromáticas son plantas delicadas y hermosas, otra idea consiste en cultivarlas sobre rocalla (una versión en miniatura del huerto de Covelo, por ejemplo). Si la zona es rica en areniscas, los tonos rosa, rojos, ocres y blancos de las piedras utiliza­das se complementan con el verde de las plantas. La rocalla tiene también la ventaja de estar bien avenada. Si no es posible cultivar allí las especies propensas a la humedad tales como la menta, se las planta en cual­quiera de los rincones húmedos y en sombra que hay en todo huerto.

lunes, 7 de julio de 2008

Hinojo

Hinojo


Perenne:

El hinojo es muy parecido al eneldo pero tiene un sabor distinto y más intenso. Las hojas se utilizan mucho para aromatizar pescados en aceite tales como la caballa o el arenque, y son ingrediente obligado de los pescados rellenos. Se usa asimismo crudo en ensaladas. Las semillas son agra­dables de masticar y se echan en los licores dulces.


Suelo:

El hinojo crece bien en cualquier suelo de huerta siempre que no sea ácido, dema­siado pesado ni demasiado húmedo. Lo prefiere cretoso y rico en un lugar soleado.


Multiplicación y cuidados:

Se siembra en otoño para hacer la recogida al año siguiente. Se ponen tres semillas en cada hoyo y se separan éstos unos 45 cm. Si lo que se quiere son las semillas y no las hojas, se siembra a principios de primavera bajo vidrio. Otro sistema es tratarlo como bienal, para lo cual se desentierran las raí­ces en otoño y se las guarda en arena durante todo el invierno en un lugar res­guardado. Se las divide a la siguiente pri­mavera y se las planta separadas 30 cm en hileras situadas a 38 cm entre sí.


Recolección:


Las hojas se cortan durante todo el verano; las semillas se recolectan cuando todavía son verdes y se las seca al sol en capas poco densas, moviéndolas cuando exudan. Para secar las hojas hay que poner mucho cuidado y emplear tempera­turas bajas; es mejor usarlas frescas.