viernes, 14 de marzo de 2008

Perejil

Perejil


Bienal:

El perejil realza casi cualquier plato que se le ocurra a uno, desde las aves más tiernas a la salsa más picante. Su gran virtud reside en que nunca encubre el sabor natu­ral de los alimentos sino que lo resalta. La variedad de hoja ancha, que se cultiva del mismo modo, es más sustanciosa y se uti­liza como ingrediente en ensaladas.


Suelo:

Suele decirse que resulta difícil cultivar el perejil, pero creo que si se dispone de sufi­ciente suelo rico con humus en abundancia no sucede tal cosa. La tierra ha de estar bien labrada para que las raíces penetren en profundidad. El perejil crece también en macetas pero la tierra ha de ser rica y estar bien drenada.


Multiplicación y cuidados:

Es posible obtenerlo a partir de semillas, pero germina con gran lentitud (una manera de acelerar el proceso es colocar­las entre dos capas de papel secante húmedo y dejarlas en el refrigerador durante unas dos semanas). La siembra se hace en primavera y hay que tener pacien­cia. Se colocan las semillas en surcos de 1 cm de profundidad; se aclara después a 8 cm y, cuando las plantas alcanzan la madurez, a 20 cm. Puede sembrarse a fina­les del verano para el cultivo forzado inver­nal. En invierno se colocan uno o dos túne­les sobre algunos de los ejemplares. El perejil suele dar semillas el segundo año por lo que conviene sembrar de nuevo cada año para garantizar la sucesión.


Recolección:

Se cortan cada vez unas cuantas hojas de la planta. Si se quieren ramilletes se arranca toda la planta cerca del suelo una vez que los tallos miden 20 cm. Para secarlo hay que recoger las hojas durante el verano y secarlas con rapidez. Esta especie es la única hierba culinaria que requiere de una temperatura muy alta para ese proceso, entre 39 y 93°C. Se seca en un horno con la puerta abierta.

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